El Liverpool volvió a dejarlo para el final, ya que el cabezazo de Virgil van Dijk en el tiempo añadido les permitió comenzar con una victoria en la Champions League, ganando 3-2 al Atlético de Madrid.

En lo que se está convirtiendo en una especie de patrón esta temporada, el equipo de Arne Slot dejó escapar una ventaja de dos goles antes de protagonizar otro final dramático.

Por quinta vez consecutiva, marcaron un gol ganador después del minuto 83, con su capitán rematando de cabeza un córner dos minutos dentro del tiempo adicional.

Mientras Anfield enloquecía, el tempestuoso entrenador del Atleti, Diego Simeone, discutía con los aficionados detrás de su banquillo y, tras ser apartado, fue expulsado por el árbitro Maurizio Mariani.

El tan esperado debut del fichaje récord británico Alexander Isak había parecido tranquilo en comparación, ya que fue la vieja guardia del Liverpool la que les dio un comienzo fulgurante.

El fichaje de 125 millones de libras realizado en el último día de mercado por el Newcastle fue sorprendentemente titular tras solo 18 minutos de juego para Suecia, habiendo perdido la pretemporada con su antiguo club.

Pero mientras él iba tomando ritmo, Andy Robertson y Mohamed Salah pusieron a los anfitriones dos goles arriba en menos de seis minutos.

Sin embargo, por tercera vez en cinco partidos permitieron que se escapara una ventaja de 2-0, solo para que Van Dijk hiciera que el entrenador principal Slot tuviera un feliz 47º cumpleaños.

A medida que avanzaba la primera mitad, Isak comenzó a entrar en calor con su tarea y su juego de enlace con Florian Wirtz, otra incorporación de £100 millones en verano, fue alentador tras menos de una semana de entrenamiento juntos.

El sueco fue una figura periférica hasta el minuto 31, cuando la entrada contundente de Robin Le Normand dejó al delantero en el suelo agarrándose el tobillo y Anfield conteniendo la respiración.

De manera extraña, pareció despertar a Isak, quien, asistido por Wirtz, disparó desviado por el poste lejano, antes de devolverle el favor a su compañero de equipo, solo para que Jeremie Frimpong golpeara el balón y fallara.

Un lindo taconazo puso a Wirtz de nuevo en juego, pero fue rodeado antes de que el primer disparo a puerta de Isak fuera cómodamente atrapado por Jan Oblak.

Lo pagarían cuando Marcos Llorente, quien anotó dos veces en la única victoria del Atleti aquí en 2020, marcó el primero de sus dos goles, aunque el portero Alisson Becker estaba furioso porque Antoine Griezmann, que estaba en su línea de visión, no fue señalado en fuera de juego.

Isak tuvo los primeros 12 minutos de la segunda mitad antes de ser reemplazado por Hugo Ekitike, pero Liverpool realmente debería haber sentenciado el partido en la primera mitad tras un inicio rapidísimo con Salah.

El internacional egipcio, criticado por pasar desapercibido en Burnley el domingo hasta que anotó el penalti decisivo en el quinto minuto del tiempo de descuento, estuvo al frente.

Ryan Gravenberch, quien tuvo uno de sus mejores partidos tanto con como sin balón, fue derribado por Clément Lenglet en el borde del área en apenas el cuarto minuto.

El tiro libre raso de Salah sufrió una gran desviación en la parte trasera de las pantorrillas de Robertson, que hacía su primera titularidad de la temporada, y del centrocampista del Atleti Pablo Barrios, dejando a Oblak descolocado.

Dos minutos después, Salah y Gravenberch combinaron por la derecha y los pies ágiles del delantero le permitieron bailar entre la defensa del Atlético y deslizar un disparo en ángulo más allá de la bota derecha extendida de Oblak.

Simeone les dijo a sus jugadores que se calmaran, pero el lateral izquierdo Javier Galán estaba pasando un mal rato contra Salah, quien se metió hacia adentro para lanzar un disparo que se fue desviado por el poste lejano.

En el tiempo añadido, la carrera en posición legal desde atrás de Giacomo Raspadori preparó el gol de Llorente.

Después del descanso, Alisson salvó el disparo de Raspadoni desde un ángulo cerrado y Salah estrelló el balón en el poste tras un contraataque, pero el dominio inicial del Liverpool parecía cosa del pasado mientras el Atleti presionaba para el empate, con Llorente disparando por encima del arco.

La advertencia no fue atendida y, con el Liverpool luciendo un poco desorientado, el disparo en volea de Llorente, que cayó de forma diabólica tras desviarse en Alexis Mac Allister, hizo que el cuerpo técnico del Atlético corriera al campo.

Ibrahima Konaté debería haberlo ganado, pero cabeceó un córner fuera, solo para que Van Dijk le mostrara cómo se debe hacer.